Redacción El Barroco: En la actualidad, el ser “influencer” se ha convertido en uno de los negocios mejor pagados de México. Incluso, los comentarios de estos personajes se toma como referencia en temas sociales, políticos, económicos, deportivos y de ventas.

Uno de los escenarios más concurridos por estos influencer es el de la comida. Mediante visitas a restaurantes y negocios, estos personajes crean contenido para sus redes sociales y, tomando sus opiniones como una “verdad absoluta”, pueden levantar o “funar” estos establecimientos.

Aunque la idea no es mala, uno de los grandes problemas radica en que estos influencers en muchas ocasiones buscan comer -y beber- gratis en diversos tipos de negocios, todo a cambio de una opinión favorable dentro de sus plataformas sociales.

Este abuso disfrazado de “likes” es un dolor de cabeza para algunos establecimientos, que con tal de tener una opinión favorable en el mundo digital, le patrocinan el desayuno, comida y cena -incluso borrachera- a estos influencer. Algunos, hasta contratan sus servicios para ser recomendados positivamente.

Hace unos días generó polémica un influencer llamado “El Arturito”, quien destrozó a la Antigua Taquería “La Oriental” de Puebla por el supuesto mal servicio recibido.

En el video subido a sus redes sociales, este influencer catalogado como un “mirrey gastronómico” en redes sociales, señaló que no regresaría a este establecimiento ubicado en la capital poblana por el maltrato del que según fue objeto.

Aunque su reclamo es considerado correcto debido a que muchos de sus seguidores acusaron situaciones similares en otras sucursales de “La Oriental”, un buen número de usuarios de plataformas cuestionaron su actuar, afirmando que este influencer siempre busca comida gratis a cambio de likes.

Cabe recordar que hace un tiempo, el chef Edgar Núñez exhibió a una influencer llamada Martha María Santos por querer comida gratis a cambio de menciones, algo en lo que no estuvo de acuerdo este chef, quien sentenció que esto “no es una profesión”.

Sin embargo, en el mundo virtual en el que actualmente vivimos, es muy complicado que una mal comentario por parte de estos influencers pase desapercibido, dejando a muchos negocios a merced del humor de estos personajes, que han encontrado su mina de oro en el abuso que se genera por unos likes.