El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció que a partir del 14 de julio se impondrá un arancel del 20.91% a la mayoría de los jitomates importados desde México, tras retirarse del Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping sobre Tomates Frescos de 2019. Esta medida marca una escalada en las tensiones comerciales y responde, según el gobierno estadounidense, a la incapacidad del acuerdo para proteger a los productores locales frente a precios considerados injustos.

El acuerdo de 2019, alcanzado durante la primera administración de Donald Trump, fue diseñado para evitar una disputa arancelaria prolongada e incluía mecanismos de inspección y control de precios. Sin embargo, Washington asegura que no logró frenar el impacto de las importaciones mexicanas en el mercado estadounidense.

México, séptimo productor mundial y principal exportador global de jitomate, envió en 2024 casi 1.88 millones de toneladas a Estados Unidos, por un valor de 3,339 millones de dólares, lo que representa el 98% del total exportado. El jitomate fue el quinto producto agroalimentario más valioso para México, después de la cerveza, el tequila, el aguacate y los bovinos.

Este nuevo arancel forma parte de una política más amplia impulsada desde el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero de 2025, que incluye tarifas del 25% al acero, aluminio y ciertos vehículos. México ha sido uno de los principales blancos de estas medidas, motivadas también por presiones sobre migración y el tráfico de fentanilo.

Los exportadores mexicanos enfrentan así un nuevo escenario adverso que podría impactar gravemente al sector agrícola y a las cadenas de suministro binacionales.